Francamente, tengo que reconocer que era mi primera Fiesta de la Kiss Army, pero fue una fiesta por todo lo alto. Si pones en la coctelera una organización impecable, unos músicos de lujo y éxito de público; el combinado no puede ser mejor y, además, poco frecuente. Los dos primeros ingredientes (organización y calidad de los músicos) solemos verlos pero, últimamente, que responda el público es casi un milagro. No vamos a analizar ese tema ahora. Sí diremos que, en este caso, dicho éxito no es fruto de la casualidad sino de un trabajo de muchos meses para ofrecer un producto atractivo, a un precio ajustado y bien vendido. De diez.
Lo primero que hay que dejar claro es que, como todos sabemos, Kiss es una banda de masas a nivel mundial, que traspasa continentes, generaciones y culturas. Y es éste un valor del que muy pocos grupos pueden presumir. Eso explica los miles de fans que tienen en todo el mundo (de los que más de 1300 son españoles), así como los miles de dólares (y euros) que mueve toda la mercadotecnia kissera. Un grupo que, tras cuarenta años y con todos los avatares sufridos (separaciones, reuniones, fallecimientos, desenmascaramientos…) está en este estado de forma y sin duda merece todo el respeto que algunos siempre les han negado. El artista, quiera reconocerlo o no, trabaja para el público y en eso Gene, Paul y sus colegas son unos maestros.
Pero a lo que vamos, que es deciros cómo fue la Fiesta V Aniversario de la Kiss Army Spain. En primer lugar, la organización eligió en esta ocasión Burlada y Pamplona, para distribuir el evento en sí, los hoteles que se ofrecían en los diferentes packs y el fiestorro postbolo. Sabía elección, ya que, como se demostró, las adecuadas instalaciones de la Casa de Cultura de Burlada, los hoteles y el Rockefor Bar, unido a su proximidad, facilitaron el evento y permitieron aprovecharlo al máximo.
Para abrir boca, una gran muestra con miniferia del disco, una estupenda exposición de retratos de todos los miembros de los Kiss, de la artista Inma Horinger y varios puestos de merchandising. Y, por supuesto, el de la Kiss Army Spain, en el que se ponía a la venta, también a un precio muy ajustado, el Kiss Army Spain Fan Club Kit, así como diversos modelos de camisetas de la KAS que causan furor entre sus seguidores. Allí quedaron parte de nuestros ahorros en compras imposibles de realizar en otro sitio.
Una vez cargadas las pilas y abiertas las puertas, tras una prueba de sonido un poco más larga de la cuenta, entramos en la sala. Un lugar que me pareció enorme, para el público que suelo ver en los bolos últimamente. No obstante, el saber que se habían vendido todos los packs que incluían hotel, me hacía tener esperanzas en lo que luego ocurrió. Y lo que ocurrió fue que se llenó hasta los topes de seguidores de todas las edades. Desde niños (cumpliendo con la legalidad, por supuesto) a menos niños, entre los que estábamos un buen número con tanta cara de felicidad o más que los infantes.
Entonces, en un escenario enorme y con un muy buen sonido, apareció la alargada figura de Bruce Kulick, bandana en cabeza incluida, y la versión hippie de John Corabi, que dejaron boquiabiertos incluso a los que ya se lo esperaban por haberlos visto con anterioridad. El estupendo estilo cantando de Corabi, la maestría de Bruce interpretando solos, sacándole a la acústica hasta la última gota de sonoridad y la simpatía de ambos, fue un comienzo difícil de superar. Tocaron temas de Kiss, de Kulick (estupendo el No Friend of Mine) Y hubiese dado igual que hubiesen interpretado las mañanitas, porque hubiesen sonado de fábula. Unos genios. Inolvidable.
Y llegó la hora de la incógnita de la noche, el debut de Beastö Blancö (http://www.beastoblanco.com/), la nueva banda de Chuck Garric (Alice Cooper, Eric Singer Proyect, L.A. Guns. Dio…) que se despejo cuando salieron al escenario cuatro tipos sacados de la película Mad Max. De los que te cruzas de acera cuando los ves. Un Garric patilludo, con aspecto a lo Lobezno, con una minichaqueta con cuello de pelo y con rabo…de zorro, colgado en el pantalón como el resto de sus brothers in arms. Cantando y tocando la guitarra, para variar. Los de Los Ángeles comenzaron a desgranar los temas de su, todavía nonato trabajo y dejaron de piedra al respetable. Breakdown, California, Beastö Blancö…Ráfagas que, textualmente, llegaron a descargar con los clavijeros de sus instrumentos apuntando al público y la potente batería acompañando el sacrificio hardrockero. Referencias de Motorhead, Rob Zombie para algunos. Caña de la buena en directo para todos. Alucinante.
Para continuar la fiesta, Corabi y Kulick se unieron a Garric (en esta ocasión al bajo) y al batería de los Beastö, para interpretar temazos de Kiss, Queen (Tie Your Mother Down) e incluso de los Beatles (Helter Skelter) Versiones que en sus manos y voces sonaron potentes y engancharon al respetable. Una gozada.
Finalmente llegó el turno de la Kiss Fever Band. Y es que una fiesta de la Kiss Army Spain sin banda tributo no es lo mismo. Los fans quieren ver a sus personajes favoritos, los del cómic, los de los muñecos. Esos que creó la pintura, que difumina rasgos y deja sobre el escenario a Demon, Starchild, Spaceman y Catman. En este caso, interpretados por la banda madrileña, que hizo un repaso a prácticamente toda la carrera de los neoyorkinos, para alegría y regocijo del respetable, que coreó cada canción agradeciendo el buen hacer de la Kiss Fever Band, vestida y pintada para la ocasión. Aunque no Dressed to Kill, ya que los Beastö ya nos habían liquidado con anterioridad.
Tras los conciertos, se sucedieron las firmas y las fotos, con el beneplácito de los músicos en todo momento, cosa que es muy de agradecer. Y después, desplazamiento masivo al Rockefor, un pub precioso, lleno de motivos rockeros, instrumentos (sí, también hay de los Kiss…), fotos, pinballs de ACDC…Y unos bocatas y mojitos de impresión. Allí, el anfitrión Rudy Goroskieta, que junto con Javier Rueda y Fernando Martínez de la Kiss Army Spain, corrieron con el peso de la organización, propiciaron el encuentro con Corabi y parte de los Beastö. También el de muchos amigos kisseros que se conocieron o reencontraron en una jornada inolvidable. Kiss and friends forever!
Lo primero que hay que dejar claro es que, como todos sabemos, Kiss es una banda de masas a nivel mundial, que traspasa continentes, generaciones y culturas. Y es éste un valor del que muy pocos grupos pueden presumir. Eso explica los miles de fans que tienen en todo el mundo (de los que más de 1300 son españoles), así como los miles de dólares (y euros) que mueve toda la mercadotecnia kissera. Un grupo que, tras cuarenta años y con todos los avatares sufridos (separaciones, reuniones, fallecimientos, desenmascaramientos…) está en este estado de forma y sin duda merece todo el respeto que algunos siempre les han negado. El artista, quiera reconocerlo o no, trabaja para el público y en eso Gene, Paul y sus colegas son unos maestros.
Pero a lo que vamos, que es deciros cómo fue la Fiesta V Aniversario de la Kiss Army Spain. En primer lugar, la organización eligió en esta ocasión Burlada y Pamplona, para distribuir el evento en sí, los hoteles que se ofrecían en los diferentes packs y el fiestorro postbolo. Sabía elección, ya que, como se demostró, las adecuadas instalaciones de la Casa de Cultura de Burlada, los hoteles y el Rockefor Bar, unido a su proximidad, facilitaron el evento y permitieron aprovecharlo al máximo.
Para abrir boca, una gran muestra con miniferia del disco, una estupenda exposición de retratos de todos los miembros de los Kiss, de la artista Inma Horinger y varios puestos de merchandising. Y, por supuesto, el de la Kiss Army Spain, en el que se ponía a la venta, también a un precio muy ajustado, el Kiss Army Spain Fan Club Kit, así como diversos modelos de camisetas de la KAS que causan furor entre sus seguidores. Allí quedaron parte de nuestros ahorros en compras imposibles de realizar en otro sitio.
Una vez cargadas las pilas y abiertas las puertas, tras una prueba de sonido un poco más larga de la cuenta, entramos en la sala. Un lugar que me pareció enorme, para el público que suelo ver en los bolos últimamente. No obstante, el saber que se habían vendido todos los packs que incluían hotel, me hacía tener esperanzas en lo que luego ocurrió. Y lo que ocurrió fue que se llenó hasta los topes de seguidores de todas las edades. Desde niños (cumpliendo con la legalidad, por supuesto) a menos niños, entre los que estábamos un buen número con tanta cara de felicidad o más que los infantes.
Entonces, en un escenario enorme y con un muy buen sonido, apareció la alargada figura de Bruce Kulick, bandana en cabeza incluida, y la versión hippie de John Corabi, que dejaron boquiabiertos incluso a los que ya se lo esperaban por haberlos visto con anterioridad. El estupendo estilo cantando de Corabi, la maestría de Bruce interpretando solos, sacándole a la acústica hasta la última gota de sonoridad y la simpatía de ambos, fue un comienzo difícil de superar. Tocaron temas de Kiss, de Kulick (estupendo el No Friend of Mine) Y hubiese dado igual que hubiesen interpretado las mañanitas, porque hubiesen sonado de fábula. Unos genios. Inolvidable.
Y llegó la hora de la incógnita de la noche, el debut de Beastö Blancö (http://www.beastoblanco.com/), la nueva banda de Chuck Garric (Alice Cooper, Eric Singer Proyect, L.A. Guns. Dio…) que se despejo cuando salieron al escenario cuatro tipos sacados de la película Mad Max. De los que te cruzas de acera cuando los ves. Un Garric patilludo, con aspecto a lo Lobezno, con una minichaqueta con cuello de pelo y con rabo…de zorro, colgado en el pantalón como el resto de sus brothers in arms. Cantando y tocando la guitarra, para variar. Los de Los Ángeles comenzaron a desgranar los temas de su, todavía nonato trabajo y dejaron de piedra al respetable. Breakdown, California, Beastö Blancö…Ráfagas que, textualmente, llegaron a descargar con los clavijeros de sus instrumentos apuntando al público y la potente batería acompañando el sacrificio hardrockero. Referencias de Motorhead, Rob Zombie para algunos. Caña de la buena en directo para todos. Alucinante.
Para continuar la fiesta, Corabi y Kulick se unieron a Garric (en esta ocasión al bajo) y al batería de los Beastö, para interpretar temazos de Kiss, Queen (Tie Your Mother Down) e incluso de los Beatles (Helter Skelter) Versiones que en sus manos y voces sonaron potentes y engancharon al respetable. Una gozada.
Finalmente llegó el turno de la Kiss Fever Band. Y es que una fiesta de la Kiss Army Spain sin banda tributo no es lo mismo. Los fans quieren ver a sus personajes favoritos, los del cómic, los de los muñecos. Esos que creó la pintura, que difumina rasgos y deja sobre el escenario a Demon, Starchild, Spaceman y Catman. En este caso, interpretados por la banda madrileña, que hizo un repaso a prácticamente toda la carrera de los neoyorkinos, para alegría y regocijo del respetable, que coreó cada canción agradeciendo el buen hacer de la Kiss Fever Band, vestida y pintada para la ocasión. Aunque no Dressed to Kill, ya que los Beastö ya nos habían liquidado con anterioridad.
Tras los conciertos, se sucedieron las firmas y las fotos, con el beneplácito de los músicos en todo momento, cosa que es muy de agradecer. Y después, desplazamiento masivo al Rockefor, un pub precioso, lleno de motivos rockeros, instrumentos (sí, también hay de los Kiss…), fotos, pinballs de ACDC…Y unos bocatas y mojitos de impresión. Allí, el anfitrión Rudy Goroskieta, que junto con Javier Rueda y Fernando Martínez de la Kiss Army Spain, corrieron con el peso de la organización, propiciaron el encuentro con Corabi y parte de los Beastö. También el de muchos amigos kisseros que se conocieron o reencontraron en una jornada inolvidable. Kiss and friends forever!
Texto y fotos: Toño Martínez Mendizábal
Fuente: http://www.rockangels.org/t2689-v-fiesta-kiss-army-spain-27-4-2013